HILAR COLORES, TEJER SENTIDOS. En “Cromoterapia” no se trata de reciclar cables de telecomunicaciones solo por su ductilidad, ligereza y color, sino porque reverbera en ellos una doble acepción: son, a la vez, expectativa y vestigio de encuentros virtuales.
Así pues, en su explosión vitalista, en su apariencia de danza de velos y conjuro curador, es sobre todo un celebración del diálogo. Al interior de las coordenadas que la obra de Nani Cárdenas propone, el tejido ha dejado de ser funcional, genérico, anclado en el clisé de lo femenino, para convertirse en una representación del dibujo en el espacio: colores puros, trazos libres, nudos y desenlaces. Cada una de las piezas actúa rítmicamente; gana volumen y más allá se angosta hasta ser superficie, y se ofrece como boceto de figura humana, animal o vegetal, para luego volver a ser solo línea corriendo, forma pura. Así, “Cromoterapia” es también un cuaderno de dibujo. Un cuaderno cuyo material es el reciclaje semántico de la palabra tejer.
Diego Otero, marzo de 2008
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